El propano es un tipo de gas licuado del petróleo (GLP) comúnmente empleado en la calefacción, cocina y suministro de agua caliente sanitaria (ACS). Gracias a su alto poder calorífico, el propano se destaca como una fuente de energía altamente eficiente y rentable en comparación con la electricidad o el gasóleo. Las calderas de gas propano operan utilizando este combustible. A pesar de ser incoloro e inodoro, el propano se utiliza únicamente como combustible.
Las calderas de propano están compuestas por un depósito que utiliza este combustible para calentar el agua. Durante el proceso de combustión, se extrae calor del propano y se transfiere a través de un intercambiador. Este intercambiador luego transfiere el calor al agua, que posteriormente circula a través de los radiadores o tuberías del suelo en el caso de tener suelo radiante.
El costo del gas propano está regulado por el gobierno, tanto para el gas envasado (botellas de 8 kg a 20 kg) como para el suministro canalizado. Además de su precio, que suele ser más bajo que el del gasóleo, presenta una serie de ventajas adicionales que se detallan a continuación:
¿Necesitas instalar tu caldera de propano?
El rendimiento de las calderas de gas propano está condicionado por una serie de variables. A pesar de ser generalmente más eficientes que otros sistemas, es esencial tener en cuenta los siguientes aspectos que pueden incidir en el consumo de nuestra instalación de gas propano:
Tipo de suministro envasado: Esta opción implica el uso de bombonas de gas propano o deposito. La decisión entre este método y el suministro canalizado dependerá del espacio disponible en la propiedad, así como del modelo de consumo deseado.
Aparatos conectados: La cantidad de dispositivos que utilizan el sistema puede incrementar o reducir el consumo de la caldera, lo que se reflejará en la factura energética.
Número de habitantes: El número de personas que residen en el hogar también influye en el consumo de las calderas de propano. Una familia numerosa tendrá un mayor consumo en comparación con una pareja o una persona que vive sola.
Temperatura interior: Las condiciones climáticas dentro de la vivienda, sin la influencia de la calefacción o el aire acondicionado, pueden afectar el consumo de la caldera. Una casa más fría requerirá más energía para mantener una temperatura confortable.
Duración del funcionamiento: El tiempo durante el cual la caldera está activa es otro factor relevante a considerar. La duración del funcionamiento, combinada con la temporada del año, determinará el consumo total de la caldera.
Existen dos métodos para adaptar las calderas de gas propano, pero es fundamental dejar esta tarea en manos de profesionales cualificados para garantizar su manipulación segura. A continuación, detallamos ambos procesos:
Las calderas de gas propano son más comunes en segundas residencias o viviendas con necesidades de calefacción limitadas, aunque esta situación puede cambiar. En este caso, es posible convertir una caldera de gas natural a gas propano, o viceversa.
Para realizar la conversión de gas natural a gas propano, es necesario cambiar el piloto de la llama de encendido y los inyectores de los quemadores. Este proceso debe ser llevado a cabo por un técnico instalador autorizado para evitar posibles fugas de gas o riesgos de explosión.
El procedimiento que seguirá el profesional incluye desmontar el cuerpo de los quemadores que sostienen los inyectores, desmontar estos últimos y realizar una limpieza del quemador antes de instalar los nuevos inyectores.
El proceso es similar al anterior, pero en este caso se requieren piezas diferentes. Para convertir una caldera de gas propano a gas natural, es necesario adquirir inyectores con orificios de salida de mayor tamaño.
Es crucial asegurarse de que la caldera sea compatible con ambos tipos de gas y que la adaptación sea realizada por un técnico profesional o una empresa especializada para evitar riesgos y garantizar un funcionamiento seguro.
Por lo general, las casas que no tienen acceso al suministro de gas natural suelen optar por una caldera de gas propano.
Este combustible es fácil de transportar y almacenar, lo que garantiza un hogar cálido durante los meses más fríos del invierno.
En el mercado, puedes encontrar bombonas de gas propano de 11 y 35 kg, o contratar el suministro a través de una empresa proveedora que recargue el depósito según tus necesidades. La elección entre estas opciones dependerá de tu consumo mensual de gas. Si utilizas menos de 90 kg al mes, las bombonas son la mejor opción; si consumes más, es preferible el suministro a granel.
Además, se recomienda instalar una caldera de propano en zonas muy frías, ya que este combustible es altamente resistente a las temperaturas extremas, congelándose solo si la temperatura desciende por debajo de los -44°C.
¿Necesitas instalar tu caldera de propano?
No es la opción más costosa, pero el rango de precios es amplio. Las calderas de gas propano tienen un costo que oscila entre los 700 y los 1800 euros, aproximadamente.
Es importante tener en cuenta que la mayoría de las marcas y modelos de calderas de gas son compatibles tanto con gas natural como con gas propano, lo que facilita la transición entre ambos sistemas si fuera necesario.
Sin embargo, el precio no debe ser el factor determinante al elegir una caldera de gas propano de calidad. Siempre es recomendable buscar el asesoramiento de un profesional especializado, quien, considerando tus necesidades, el uso previsto y tu presupuesto, podrá orientarte adecuadamente hacia la mejor opción de caldera de propano para ti.
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